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Estrellas blaugranas
1947: Jordi Ferran
1947: Llegó al Barça para jugar en el equipo B pero se convirtió en importante en el AJordi Ferran Casas lo tiene todo documentado. Minucioso como jugador (años 40) y detallista 70 años después, nos ofrece unos cuadernos con historia en lo que él mismo explicaba los detalles de su vida deportiva y de los partidos más destacado. Jugó en el juvenil del Laietá (de 1944 a 1946) y después en el primer equipo (temporada 1946-47) antes de firmar por el FC Barcelona el 4 de noviembre de 1947 para integrarse en el equipo B. “Después renové el 3 de agosto de 1948”, explica él mismo cómodamente instalado en su casa barcelonesa, en la misma falda de la montaña de Montjuïc, y bajo la atenta mirada de su esposa Núria, igualmente conocedora de todos sus secretos baloncestísticos. Jordi Ferran nació en 1928 y tenía 89 años cuando hablamos con él. “Estaba en el Laietá y Fernando Font me propuso fichar por el Barça. Recuerdo que jugábamos en Les Corts, bajo el gol sur del campo de fútbol, y en una pista que al principio era de tierra. Jugábamos los domingos por la mañana, a las 9 el juvenil; a las 10,45 el segundo equipo y a las 12,30 el primero. Nos duchábamos, íbamos a comer rápido y a las 5 al fútbol porque teníamos unos pases que nos reservaban un asiento casi delante del palco presidencial. Ese pase era nuestro premio por jugar en el Barça porque yo nunca cobré una peseta. Nos daban la camiseta y pantalón y lo teníamos que llevar para casa para que las madres lo lavaran. Eran otros tiempos, claro”, señala con claridad Ferran. “Y si el fútbol algún domingo jugaba por la mañana, pues a nosotros nos pasaban a la tarde. Era la época de las cinco copas y de la delantera formada por Basora, Cesar, Kubala, Moreno y Manchón. En Les Corts estuvimos hasta que comenzaron unas obras. Estuvimos más o menos año y medio jugando en la esquina de Viladomat con Gran Vía en una pista situada encima del edificio. Se puede decir que jugábamos en el terrado. El baloncesto era muy diferente al de ahora. Había dos defensas, un centro y dos aleros y cada uno tenía su especialidad. Se corría, se tiraba y poca cosa más. Yo era defensa”.
La foto corresponde al año 50 y Jordi Ferran formaba parte de este equipo. Es el segundo por la derecha de pie
Jordi Ferran continua jugando con los Veteranos del Barça. Esta foto corresponde a cuando tenía 84 años
Jugó su primer partido como barcelonista el 9 de noviembre de 1947 en el Campeonato de Catalunya, con victoria barcelonista sobre el C.N. Manresa (24-20) como recoge su propia crónica que se puede leer en uno de esos cuadernos. “Partido sumamente interesante el jugado hoy por lo nivelado del mismo y el ardor puesto en el juego por todos los jugadores. Lástima que el árbitro señor Bernadó interrumpía mucho el juego con saltos y personales, faltas que ha pitado quizás un poco en exceso”, escribió entonces Jordi Ferran, añadiendo siempre los anotadores. Aquel día él anotó 2 puntos, lo mismo que Duñach y Cababes; Tiñena llegó a los 7, Esteva se quedó en 6, Isal, en 4 y Sardá, 1. Y así partido a partido. “La tarde del domingo la aprovechaba para escribir la crónica de los partidos y añadía al día siguiente la clasificación que publicaba El Mundo Deportivo”. Y Ferran enseña orgulloso dos libretas ya amarillentas por el tiempo transcurrido y algunas fotocopias del medio de comunicación. Duñach, Sardá, Isal, Cabanés, Esteve y propio Ferran eran los componentes habituales del equipo. “Los jugadores más importantes de la época eran Ferrando, Kucharski y Manolín. Fernando Font era jugador del primer equipo y entrenador del B. Venía del Laietá y la mitad de los jugadores de ese equipo, entre ellos mi hermano Josep -tres años menor-, acabamos en el Barça. Nadie cobraba nada. El ambiente era muy familiar y muchos hemos mantenido la relación a través de los años”.
“Nunca cobré nada por jugar en el Barça y el único y gran premio era un “pase” para ver el futbol los domingo por la tarde en Les Corts”
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Estrellas blaugranas
1947: Jordi Ferran
1947: Llegó al Barça para jugar en el equipo B pero se convirtió en importante en el AEl problema, claro, era compatibilizar el baloncesto con el mundo laboral. “Se hacía como se podía. Hacíamos dos entrenamaientos a la semana (de una hora de duración cada uno), por la mañana o por la tarde pero ni muy temprano ni muy tarde porque no había luz artificial. Si entrenábamos por la mañana yo iba de mi casa -ya vivía en Montjuïc- a la pista de Gran Vía y cuando acababa corriendo a Ausias March 20, que era donde trabajaba; llegaba agotado y los compañeros, que acababan de levantarse, me decían que de donde venía. Si el entrenamiento era por la tarde pues resultaba más fácil porque empezaba a las 7 y podías ir cuando acababas de trabajar”. Ferran recuerda anécdotas como la aparición del agua caliente en las duchas de los vestuarios y su pequeña odisea militar con final feliz. “Me tocó la mili en Artilleros de Costa y en aquella época se jugaban Campeonatos Militares. Los jefes se enteraron que jugaba a baloncesto y me ficharon para el equipo del regimiento, que querían ganar a Intendencia, que era el equipo al que iban todos los jugadores que llegaban enchufados. Jugamos la final con ellos y yo, que no era anotador, tuve la suerte de meter la ultima canasta y ganar con ella. Se lanzaron a la pista todos los militares nuestros y casi salí a hombros”.
La retirada llegó pronto. “Yo era viajante y en 1952, cuando tenía 24 años, me dieron la zona del norte de España y ya me fue imposible compatibilizarlo. Lo dejé y ya no jugué mas; bueno algún partido de la fiesta mayor del barrio que me llamaban porque sabía que había sido jugador y partidos del la Asociació de Veterans del Barça, de la que estuve en la Junta Directiva”. Ahora sigue el baloncesto en la distancia, con sus libretas, perfectamente ordenadas, y con los recuerdos de quien sabe que el baloncesto y el Barça marcó una época de su vida.
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