• Estrellas blaugranas

    Met Ferrando

    1939: Marcó una época a pesar de su corta estatura (1'70m)

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    Met Ferrando jugaba siempre con una cinta en el pelo

    “En 1934 empecé a jugar en el Grupo de Escuelas de Sarriá, donde estudiaba y donde aprendí de José María Ossa, mi profesor y un gran entusiasta del baloncesto”, explica Met Ferrando en una entrevista que le realizó Pedro Flores Valero para El Mundo Deportivo y que se publicó el 4 de enero de 1945. “Precisamente -explica Met, que salió en Jaumet- estando un día entrenándome en el Grupo Escolar apareció José Guix, un gran jugador del Layetano, que me invitó a jugar en el infantil de ese equipo. Estuve un año allí y durante la guerra ingresé en el infantil A del FC Barcelona quedando campeón a las órdenes del mejor entrenador que he tenido nunca: el ex-jugador del Barcelona Vila. Con toda seguridad, a él le debo lo que he sido en el baloncesto. Gracias a sus conocimientos fueron internacionales jugadores como Tomás, Carbonel y, más tarde, Eduardo Kucharski”. Pero con la guerra quedó disuelta la sección y Met regresó al Layetano, donde jugó en el juvenil y llegó a ser llamado para jugar el primer partido de la selección catalana (25-23 ante Castilla). En 1940 regresó al Barça, ya como jugador del primer equipo.

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    Met siempre fue un jugador de equipo

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    Un equipo de la época con Met el segundo por la izquierda arrodillado

    Ferrando había nacido en la barcelonesa calle Provenza, muy cerca de la pista del Layetano, el 23 de junio de 1923. Pepe Samitier, la estrella futbolística del momento, era vecino suyo y uno de los escasos espectadores de sus practicas porque Met no dejaba nunca el balón compitiendo en su manejo en algunas ocasiones con Navarrete y Kucharski. Vivía también en el barrio Cardús, uno de los primeros jugadores del Barça (año 1926) que reorganizaba con Molas la sección barcelonista y Ferrando se fue al Barça. “Con él estuvo siempre Ignacio García, su brazo ejecutor. Entre los dos componían uno solo ya que su identificación era total”, lo explica Fernando Font en su ‘Libro de oro del basket’.
    “Veloz como pocos, ligero, no resultaba fácil perseguirle. Agil, duro y perseverante, le fue muy bien el lanzamiento sobre la marcha, de salto, con efecto y por arriba, a altura media, su tiro salía ladeado, a tablero, rebote en él y a la red. Sus canastas levantaban al público y su voz estentorea la coreaban los seguidores”, señala Font, que fue compañero de equipo y entrenador. Con el primer equipo del Barça desmontado por la guerra, Met se mantuvo en el equipo barcelonista, jugando en el infantil durante los tres años del conflicto bélico.

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    Todavía jugaba en pista descubierta

  • Estrellas blaugranas

    Met Ferrando

    1939: Marcó una época a pesar de su corta estatura (1'70m)

    Fue 12 veces campeón de Cataluña y 6 de España en los 12 años que jugó con el Barça

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    El Barça jugó el Torneo Ibérico en Lisboa y los jugadores aprovecharon para hacer turismo. Met, junto con sus compañeros en un momento de relax

    “Jugué en el infantil -explicó Met en una entrevista concedida a José Marero para al agencia Efe- con Pepe Vila como entrenador. Con él volví al Laietá, que entonces cambió su nombre denominándose Layetano. Allí jugué las temporadas 1939-40 y 1940-41. Ese año, el Barça volvió a tener equipo senior y volví. Jugué en el Barça hasta 1952. Fue pieza básica en los éxitos barcelonistas de la década de los 40. Fue 12 veces campeón de Catalunya, seis de España y también ganó la Copa Ibérica jugada en Lisboa. En 1952 se le concedió la insignia de oro de la Federación Catalana y después siguió ligado al mundo del baloncesto con el título nacional de entrenador y dirigió a equipos infantiles, juveniles y júniors. Para el recuerdo dejó su forma de lanzar a canasta. “Siempre lo hice -explica en esa entrevista- en carrera con una mano o de pecho y con dos manos pero siempre sin bombear mucho el balón. Era un jugador pequeño y tenía que utilizar mis trucos. El tiro en suspensión es lo único que se puede considerar novedad con respecto al juego de mi época. con mi 1,70 hubiera sido un enano después y solo se me hubiera reconocido por el pañuelo que me solía poner para que el pelo no se me metiera en los ojos”.

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